Nos levantamos a la 7 acá en Perú, terminamos de cargar las cosas y cerca de las 8 ya estábamos en viaje rumbo a Guayaquil (Ecuador). En una hora estábamos haciendo frontera, muy tranquilo y nada de gente, en el ingreso a Ecuador nos recibieron muy cordialmente, esta todo militarizado. Respecto al paisaje comenzó a cambiar notablemente las montañas se empezaron a alejar y todo empezo a teñirse de verde, mucha vegetación y por supuesto bananeros por donde se mire, plantaciones de cacao y terrenos anegados con plantaciones de arroz.
Los bananeros.
En las rutas comenzaron a aparecer carteles indicando los distintos destinos, mas organizado.
Paramos a almorzar y a cargar combustible y grande fue nuestra sorpresa y alegría al enterarnos que los casi cuatro litros (galón) de diésel cuestan aquí tan solo 1,037 U$S.
Pepe y su felicidad por el precio del Gasoil
Cerca de las 15:30 llegamos a Guayaquil (seguimos con 2 horas de diferencia 17:30 para nosotros), una ciudad muy grande, nos costo conseguir para estacionar pero después de dar varias vueltas por el centro conseguimos una cochera abierta.
Entrada a Guayaquil.
Nos fuimos a caminar para conocer un poco la ciudad, aprovechamos para comprar un mapa rutero y después fuimos a la catedral, muy bonita por fuera y por dentro, en frente se encuentra el parque Simón Bolívar con el monumento a dicho prócer a cuyo pie tiene la imagen del saludo histórico con nuestro libertador Jose de San Martin.
La Catedral
Monumento a Simon Bolivar
También tiene algo muy particular un sector con un árbol lleno de Iguanas ¡Increíble! se ve que es la atracción del lugar ya que llegaban contingentes de extranjeros para ver eso.
Iguanas 1
Iguanas 2
En el parque con las palomas
Después de andar un rato conseguimos un café con wi fi donde subí algunas fotos mas ¡Espero que las estén viendo!
A las 20 hs teníamos que sacar a Alazán de la cochera ya que cerraba, de ahí nos fuimos al Malecón, esta es la obra civil mas importante de los últimos años: 2,5 km de costanera sobre el Río Guayas que desemboca en el golfo de Guayaquil. Este paseo tiene: parques infantiles, jardín botánico, patio de comida, parking, etc.
Patio de Comidas junto al Guayas.
Allí cenamos y a Alazán lo dejamos en la calle porque después de las 19 se puede estacionar en todos lados.
Para dormir volvimos a estacionar en una estación de servicio, es mas seguro, estabmos frente al metro, estación de omnibus y el aeropuerto.
20/01/2012
Como siempre salimos tempranito, 7:30 Ecuador ya estábamos en la ruta, hoy por primera vez tenemos lluvia en el viaje, amaneció muy nublado y hace mucho calor, una humedad terrible. Por ahora vamos rumbo a Tulcan tenemos la intención de acercarnos lo mas posible a la frontera con Colombia a ver si ya mañana podemos cruzarla, queremos llegar no mas del 25 a Cartagena, tenemos que preparar todo para el embarque para el cruce del tapón del Darién y estimamos que nos va a llevar unos días que aprovecharemos para hacer playa.
Estamos en la ruta camino a Quito, nos indicaron una vía nueva que dijeron era mas rápida con mucho menos tránsito. ¡Volvimos a las curvas! no hay una sola recta para colmo sigue la lluvia y de a ratos hay partes con niebla, lo único bueno es el paisaje, montañas que dejaron de ser desérticas para convertirse en una selva tropical con importante vegetación y distintos tonos de verdes.
En este tramo Alazán se tuvo que detener para vadear un deslave (derrumbe) de una de las laderas de la montaña.
El deslave.
¡Llegamos a la mitad del mundo! Después de tanto andar llegamos al hito que marca la latitud 0.00. En un parque con diversas referencias geográficas se encuentra el monumento que referencia los cuatro puntos cardinales y una línea amarilla en el piso que demarca la frontera hemisferio norte/hemisferio sur.
Llegamos a la mitad del mundo
Pasamos por un costado de Quito buscando la ruta hacia la frontera y de repente nos paran unos policías, resulta que acá tienen restringido el uso de vehículos de acuerdo a los números de patente, como tuvimos alguna vez un intento para el ingreso a Capital, justo ese día no le correspondía a nuestra patente, pero por suerte supieron entender nuestra situación y nos dejaron seguir.
Otra vez después de mucho andar llegamos a Ibarra donde nos recomendaron pasar la noche y ya estábamos a 2 horas aproximadamente de la frontera. Nos estacionamos en la estación de ferrocarril, la que luego de su restauración, el miércoles tuvo si primer viaje inaugural.
Estación y Obelisco de Ibarra.
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